
Amor:
Sentarte en el sofá, buena música y desconexión total.
Coger el lápiz o el bolígrafo, piernas cruzadas, cuaderno y empezar a abocetar.
Bibliografía, líneas y comienza a surgir en el papel aquella figura que terminaré amando.
¿Vectorizar? ¡que va! Líneas por todas partes.
No sabría ni que estilo es, ni que de qué época y qué movimiento. Simplemente son mis bichos.
En cuanto lo acabo muevo el culo al ordenador, quito al gato del teclado y empiezo a trabajar el detalle.
¡Escanear y listo!
Photoshop y empieza la aventura, los contrastes, niveles, colores, y composición del dibujo. Y listo.
Odio:
Mis inicios fueron sobre lienzo. Óleos, acrílicos, chute de aguarrás y muchas horas de pie creando.
Lo adoraba. Ver cómo se iba formando e iba creciendo. Hasta que era incapaz de desprenderme de ninguno de mis lienzos.