Que suene el teléfono y una voz grave y masculina me diga: «Abáigar, ponte las pilas», es uno de los mejores momentos que puedo llegar a tener en la vida. Es Carlos Lalastra. Pienso en él y la sonrisa sale sola. Hace 4 años nos embarcamos en una gran aventura, que ni sabíamos que iba a durar tanto ni nos iba a enseñar tantas cosas. Por lo menos a mí. Creo que a él también. «Invisibilidad Compartida» empezaba, con 12 artistas de nuestra localidad, haciendo una denuncia social a la precariedad artística. Es aquello que no vemos detrás de cada obra de arte. Es el reflejo de la situación social…